Hacer un registro tonal del desierto, y más aún, una carta de colores del mismo, solamente puede estar en la mente de una persona que ha tenido una relación cercana con la pampa. Aprender a ver esas variantes en un paisaje aparentemente monótono, es un ejercicio que bien vale la pena intentar.
Carolina Lazo asume ese desafío y nos presenta esta serie de 11 pinturas, fruto de la observación directa de “su” desierto. Los alrededores de Pozo Almonte son el punto de partida para mostrarnos y recordarnos que el desierto no solamente es la historia del salitre. Hay algo más trascendental y permanente en este paisaje, anterior al hombre y su locura, como si fuera visto por primera vez. Esa mirada es la que seduce, atrapa y nos permite reconocer en este trabajo a una artista con una propuesta que abre nuevos caminos de exploración visual en el panorama regional.
Solo nos queda estar atentos a ese desarrollo.
Pedro Rodríguez Fischer
Artista Visual
Iquique, marzo, 2009
7 de abril de 2009
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